La nueva estrategia china de la UE: Entendiendo el concepto de ” desvinculación”
La Comisión Europea ha reiterado su nueva política de “desvincular” su economía de China, cimentando su rechazo a una disociación económica completa. La última decisión del bloque sugiere que su estrategia actual consistirá en reducir su dependencia de China para obtener materias primas críticas, pero llega en un momento en que algunos países europeos buscan profundizar sus lazos comerciales y de inversión. Explicamos los cambios en la estrategia china de la UE y analizamos cómo pretende el bloque reducir la dependencia crítica de China.
Traducción: Katherine Cheung García
El 30 de junio de 2023, el Consejo Europeo (CE) emitió una nueva decisión sobre su estrategia oficial hacia China, en la que reiteraba su objetivo de “desvincularse” de la economía china, en lugar de “desligarse” de ella.
Esta decisión, publicada en forma de un breve comunicado de prensa, se ha visto ampliamente como una confirmación oficial de la nueva estrategia de la UE respecto a China, que implicará la reducción de la dependencia del bloque respecto a China para materiales y materias primas fundamentales. La afirmación oficial de la estrategia de desvinculación de la UE también se ha interpretado como una “suavización” de la postura oficial del bloque respecto a China, lo que supone un rechazo a la presión liderada por Estados Unidos en favor de la desvinculación económica.
El 13 de julio, el gobierno alemán publicó su propio documento estratégico sobre China, que se hace eco en gran medida de la postura adoptada por la CE en la decisión del 30 de junio. En cuanto a la reducción de riesgos, el documento afirma que “se requiere urgentemente una reducción de riesgos” pero que “rechazamos un desacoplamiento de nuestras economías nacionales”.
Este sentimiento se ve respaldado por el compromiso de la CE de seguir colaborando con China en cuestiones importantes, afirmando su “interés compartido en proseguir unas relaciones constructivas y estables, ancladas en el respeto del orden internacional basado en normas, el compromiso equilibrado y la reciprocidad”.
La medida en que la estrategia de reducción de riesgos afecte a la relación UE-China dependerá de la amplitud exacta del alcance de la reducción de riesgos económicos. Al mismo tiempo, China ha entablado un diálogo y una cooperación con varios líderes europeos, y varios países de la UE están presionando para tener más autonomía en sus relaciones con China.
En este artículo analizamos lo que puede hacer la UE en el marco de su estrategia de “de-risking” y debatimos la posición con el telón de fondo de las actuales relaciones UE-China.
¿Cuándo cambió la estrategia de la UE hacia China por la de de-risking?
La noción de “de-risking” en lugar de “decoupling” no es nueva. En enero de este año, en el Foro Económico Mundial (FEM), la Presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, habló de la necesidad de “centrarse en la reducción de riesgos más que en la disociación” en el contexto del compromiso de la UE con China en la fabricación y el desarrollo de tecnologías limpias. Esta declaración supuso una clara divergencia respecto a la presión de Estados Unidos para desvincular totalmente su economía de China, y von der Leyen también afirmó que la UE necesita “trabajar y comerciar con China, especialmente en lo que se refiere a esta transición [verde]”.
En marzo, en un discurso pronunciado en el Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS) y el Centro de Política Europea, von der Leyen reiteró la necesidad de que la UE “se centre en des-riesgar, no en des-acoplar”. Explicó que “gestionar esta relación y mantener un intercambio abierto y franco con nuestros homólogos chinos es una parte clave de lo que yo llamaría la desvinculación mediante la diplomacia de nuestras relaciones con China”.Por lo tanto, está claro que la UE enmarca el cambio hacia la desvinculación en parte como un rechazo a la desvinculación, que según von der Leyen “no es viable ni redunda en interés de Europa”.
No obstante, la retórica de la UE sobre el desacoplamiento fue recibida con cierta reacción por parte de las autoridades chinas. En un comunicado publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino durante la visita del Ministro de Asuntos Exteriores, Qin Gang, a Alemania en mayo, se afirmaba que, si bien China apreciaba el rechazo de la UE a la disociación, seguía “preocupada por la voz de ‘de-risking’ de la parte europea”. Y añadía: “Si la UE pretende desvincularse de China en nombre del ‘des-risking’, se desvinculará de las oportunidades, la cooperación, la estabilidad y el desarrollo”.
La lectura también cuestionaba el alcance de la estrategia, afirmando que “cuando se habla de ‘de-risking’, primero hay que considerar cuáles son y dónde están los riesgos”.
Sin embargo, en las últimas semanas China también ha intentado replantear la noción de “de-risking”. En junio, durante una reunión con representantes de las principales empresas internacionales alemanas en Berlín, el primer ministro chino Li Qiang señaló que “es comprensible que todas las partes tengan sus propias preocupaciones en materia de seguridad” y que “lo importante es cómo definir razonablemente los riesgos y protegerse de ellos”.
También pidió a las empresas que asumieran un papel protagonista en la prevención de riesgos, ya que “las empresas tienen el sentido más directo y agudo de los riesgos y saben cómo evitarlos y responder a ellos”. También instó a seguir colaborando, afirmando que el mayor riesgo es “la falta de cooperación”.
Dado que tanto China como la UE reconocen la necesidad de mantener la colaboración y protegerse de los riesgos, el resultado de la nueva postura de la UE dependerá en última instancia de hasta dónde lleve la UE el concepto y cómo se aplique la estrategia.
¿Qué entiende la UE por de-risking?
Hasta ahora, la UE no ha proporcionado parámetros específicos ni una hoja de ruta para su estrategia de reducción de riesgos. El comunicado de prensa de junio de 2023 se limitaba a afirmar que “la Unión Europea seguirá reduciendo las dependencias y vulnerabilidades críticas, incluso en sus cadenas de suministro, y reducirá los riesgos y diversificará cuando sea necesario y apropiado”.
El comunicado también afirmaba que reducir las “dependencias críticas” de China está “en línea con la agenda de Versalles”. Se refiere a la Declaración de Versalles, un documento publicado por los países miembros de la UE el 11 de marzo de 2022, dos semanas después del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania.
El documento esboza la respuesta de la UE a la guerra, incluidos los mecanismos para reforzar las capacidades de defensa del bloque y reducir su dependencia de las importaciones de ciertos productos básicos de importancia crítica.
También es importante recordar que la estrategia de reducción de riesgos de la UE fue planteada inicialmente por von der Leyen en el contexto de la transición de la UE hacia una economía verde. En su discurso en el FEM, von der Leyen señaló que Europa depende en un 98% de China para ciertas tierras raras necesarias para la fabricación de tecnología de generación de energía eólica, almacenamiento de hidrógeno y baterías.
La situación se complica aún más porque, tras la guerra entre Rusia y Ucrania, la descarbonización es cada vez más una cuestión de seguridad para la UE. La Declaración de Versalles subraya la necesidad de que la UE reduzca sus dependencias energéticas, lo que exigirá reducir la dependencia de los combustibles fósiles y “acelerar el desarrollo de las energías renovables y la producción de sus componentes clave”.
Esto pone de relieve la tensión entre la necesidad de la UE de colaborar con China en tecnología verde y su deseo de reducir su dependencia de las importaciones chinas de materiales clave.
En marzo de 2023, la CE propuso la Ley de Materias Primas Críticas. Esta ley pretende reducir la dependencia de la UE de las importaciones de 17 metales de tierras raras aumentando la capacidad del bloque para la extracción, el procesamiento y el reciclaje entre un 10% y un 40% para 2030. Además, en la última ronda de deliberaciones, la CE propuso fijar objetivos más ambiciosos para la capacidad de procesamiento y ampliar la lista de metales incluidos en el ámbito de aplicación de la ley.
La reducción de riesgos en el contexto del actual diálogo UE-China
La retórica reciente de la UE ha estado en cierto modo reñida con las acciones de los líderes europeos. Pekín ha recibido a varios líderes de países de la UE desde su reapertura tras la COVID a finales de 2022, entre ellos el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron.
Durante la visita de Estado de Scholz en noviembre de 2022, el Canciller adoptó un tono significativamente más reconciliador con respecto a la relación de Alemania con China, en marcado contraste con el sentimiento de la UE en ese momento. Según la lectura del gabinete alemán, Alemania y China tienen una “responsabilidad global compartida” y “desean colaborar aún más estrechamente para hacer frente a las crisis mundiales”. El Canciller anunció que ambas partes también habían acordado un diálogo bilateral sobre el clima y la transformación.
Antes de su visita, el gabinete alemán aprobó un acuerdo para que la naviera china COSCO comprara una participación en el puerto de Hamburgo.
Una dinámica similar se observó durante la visita del presidente francés Emmanuel Macron a Pekín en abril de 2023. Macron viajó a China junto con la presidenta de la CE, von der Leyen, con el propósito de debatir cuestiones sistémicas, como los desequilibrios comerciales, la guerra entre Rusia y Ucrania y el cambio climático.
Sin embargo, Macron también llevó personalmente a una delegación de unos 50 líderes empresariales, lo que llevó a la firma de 18 acuerdos de cooperación por parte de representantes de 36 empresas francesas y chinas de diversos ámbitos. China y Francia también firmaron un compromiso conjunto para profundizar los lazos, incluida la promoción del intercambio económico.
Otra visita que recibió menos atención mediática fue la visita oficial de Estado del Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en marzo, que se saldó con la firma de dos protocolos fitosanitarios que permiten a China comprar más caquis y almendras españoles, “para los que el mercado chino tiene un enorme potencial”.
También cabe mencionar que la relación de China con los países miembros de la UE varía enormemente. La relación de China con Hungría, por ejemplo, ha sido en general amistosa, y el país incluso rompió filas con el resto de la UE para acoger favorablemente el plan de paz chino para Ucrania.
También está claro que las ambiciones de la UE de aumentar su cuota de energías renovables hasta el 32% en 2030 y convertirse en un continente neutro para el clima en 2050 no podrán alcanzarse sin la cooperación con China. Además de tierras raras, China es también el mayor fabricante mundial de una amplia gama de tecnologías limpias, entre las que destacan los paneles solares y las baterías. Muchas de las empresas de energías renovables de la UE ya han establecido asociaciones con sus homólogas chinas, y China ha realizado importantes inversiones en los sectores de energías renovables de la UE.La CE reconoce esta relación. En cuanto a la cooperación en cuestiones energéticas, la CE afirma que “la UE y China comparten intereses y objetivos comunes para la transición hacia una energía limpia”. China y la UE llevan muchos años cooperando en asuntos relacionados con el cambio climático, y en 2019 establecieron la Plataforma de Cooperación Energética UE-China para apoyar la transición energética verde. El 4 de julio de 2023, el vicepresidente ejecutivo de la CE, Frans Timmermans, y el viceprimer ministro primero de China, Ding Xuexiang, celebraron en Pekín el cuarto Diálogo de Alto Nivel China-UE sobre Medio Ambiente y Clima (HECD), “para profundizar la cooperación en la transición verde global”.
La decisión de la CE del 30 de junio también abogaba por mantener la colaboración con China: “La Unión Europea seguirá colaborando con China para hacer frente a los retos mundiales y anima a este país a adoptar medidas más ambiciosas en materia de cambio climático y biodiversidad, salud y preparación ante pandemias, seguridad alimentaria, reducción de catástrofes, alivio de la deuda y ayuda humanitaria”.
En China Briefing continuaremos haciendo un seguimiento de la evolución de las relaciones entre la UE y China y ofreceremos análisis sobre el impacto que la política de la UE en China tendrá en las empresas europeas en China, así como en el comercio y las inversiones bilaterales.
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